La luz titilante y yo

Te escribo para que estés presente para tenerte aquí entre- mi boca y la tristeza. Te escribo poemas, te escribo para que no me leas para que añores -como yo- Te escribo para contar las constelaciones de tus lunares, para ver(te) entre las líneas tu cuerpo y- Encontrarte cada madrugada, en el insomnio de nuestro universo, bajo las sabanas. Y te escribo. Y te escribo. Y te escribo.

Cada día, cada noche, siento la ansiedad, siento la marea golpear- Si tan solo me llevará hasta donde estés,

donde nada importa. ¡Que me arrastre! A tus ojos, a tus huesos, al pequeño hoyuelo- En tu cachete izquierdo –cuando sonríes- te escribo para mantenerte cerca. y aun así son:

Treinta y cuatro millones quinientos veinte y ocho mil novecientos sesenta y nueve (con dos) kilómetros de distancia. A veinte centímetros de puro silencio entre mi angustia y mi bolsillo Cada tarde, cada madrugada te escribo y espero