Cronicas de un engaño
Tus ojos proyectan las dudas que tu lengua no logra articular, y en tu boca se asoma una sonrisa nerviosa que trata de esconder las heridas que el pasado va dejando.
Juntos nos encargamos de que fuera así. Nos convertimos en actores de segunda, nos engañamos el uno al otro, es un juego sin sentido, ambos sabemos las consecuencias pero aun así sonreímos.