Interrupción
Antes de suspenderse unos metros sobre el suelo escribió:
Tontas palabras que pronuncian estos dedos
Tristes las nubes que dibujan estos trazos negros
Una mente en blanco, una herida abierta.
Rozaste tus labios contra los míos y con un suspiro esparciste el fuego, en cenizas, al tiempo. El miedo solía tomar mi garganta entonces, ahora sostiene el cuerpo. No hay más que silencio entre mis dedos y una sonrisa sin color; la herida sangra.
Sangra.
Todavía.
Quién lo diría.
Ya no sangrará más.
El tirón, al cabo de un rato, detuvo la hemorragia.